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jueves, 6 de junio de 2013

NAPOLEÓN. De soldado a emperador.



Tres capítulos históricos consecutivos de relevancia mundial se dieron en Francia. Estos tres son la ilustración, la primera revolución francesa y las guerras napoleónicas. Pronto o tarde, en menor o mayor medida, esos tres fenómenos de metamorfosis histórica y social tuvieron impacto en todo el mundo. No es posible comprender el porqué de las civilizaciones de hoy si no conocemos esos tres capítulos que marcaron una línea divisoria entre las sociedades anteriores y las posteriores. Antes de la ilustración, la sociedad de los países se constituía de soberanos y súbditos. Pero después de la revolución francesa y  las guerras napoleónicas, nacieron las sociedades que ahora conocemos, formadas por ciudadanos a los que se reconocen derechos, entre ellos el de la libertad.




Este texto se centra en el tercero de esos fenómenos, las guerras napoleónicas, pues estas representaron en su inicio, la defensa, y posteriormente la exportación por la fuerza y la sangre, de las ideas ilustradas de la libertad y el derecho. El protagonista de este proceso fue el líder militar de origen corso Napoleón Bonaparte.

Napoleón Bonaparte destacó en su niñez por su habilidad con las matemáticas y su afición a la literatura. Ya demostró entonces sus instintos belicosos en las contiendas que ocurrían entre chiquillos de la ciudad y los del arrabal de Ajaccio. Su familia le envió muy pronto a una escuela militar sin saber del monstruo que estaban creando. En esta escuela destacó en matemáticas y geografía. Por su acento italiano, sus compañeros de la escuela militar le hicieron muchas novatadas.

Durante una estancia en Valence (1785), a la edad de 16 años, como segundo teniente del regimiento de bombarderos de La Fère, se aplicó al estudio de la filosofía, de la literatura, de la geografía y de las ciencias políticas, mostrándose poco aficionado a las diversiones.

Al estallar la revolución francesa de 1789, volvió a Ajaccio con un permiso y allí defendió los intereses de la revolución. Allí vivió en pobreza pero se dedicó a la escritura. En los años siguientes mezcló actividades políticas y militares procurándose un hueco en el poder parisino y es allí donde recibió el grado de general de división. Napoleón ya era un militar en activo y lucho junto a los republicanos para repeler contraataques anti-revolucionarios e interferencias españolas e inglesas.

En 1793 se formó la Primera coalición, alianza entre estados monárquicos para evitar la expansión de la revolución francesa. Prusia, Gran Bretaña, España y Austria y otros estados más los realistas franceses formaban parte de esta coalición. Las monarquías absolutistas iniciaron una serie de invasiones de Francia tanto por tierra como por mar, con Prusia y Austria atacando desde los Países Bajos austriacos y el Rin, España invadiendo el Rosellón en un conflicto que se denominó Guerra del Rosellón, y Gran Bretaña apoyando las revueltas en las provincias francesas y  poniendo asedio a Tolón. Francia sufrió varios reveses militares ( Batalla de Neerwinden, 18 de Marzo de 1793, Batalla de Mas Deu, 18 de Mayo) y algunas revueltas internas (especialmente la Guerra de la Vendée ). A toda esta serie de crecientes dificultades respondió con medidas extremas: el Comité de Seguridad Pública, formado el 6 de Abril de 1793 y las levas en masa, reclutando a cualquier soldado en potencia entre los 18 y los 25 años (agosto de 1973).

En 1795 Bonaparte se encontraba en París cuando el 3 de Octubre realistas y contra-revolucionarios organizaron una protesta armada contra la Convención, sus excesos y su gobierno tiránico. A Bonaparte se le encomendó dirigir a un improvisado ejército en la defensa de la Convención en el Palacio de las Tullerías . Obtuvo algunas piezas de artillería y logró repeler a los insurgentes. Este triunfo le dio una gran fama y poder sobre el nuevo Directorio.

A continuación, Napoleón Bonaparte tendría que incorporarse a las guerras emprendidas por Francia contra la Primera coalición en territorio extranjero y sus grandes gestas militares empezarían en Italia.

SITUACIÓN DE LOS EJÉRCITOS DE FRANCIA EN LA 1º COALICIÓN DE 1796


La campaña de Italia

Las guerras napoleónicas empezaron con la invasión de Italia en 1796. Bonaparte tomó el mando del Ejército francés en Italia, al que lideró exitosamente en la invasión de dicho país. Antes de partir, arengó a sus tropas con estas palabras: «Soldados: estáis mal vestidos y mal alimentados. El gobierno os debe mucho. Grandes provincias y ciudades serán vuestras. Allí hallaréis gloria y riqueza. Por aquella época ganó el apodo de «Pequeño Cabo» en virtud de su buena relación con la tropa.

Durante la campaña de Italia, Napoleón escribía proclamas y arengas militares, que venían a ser órdenes del día. Las leían los jefes de regimientos entre sus tropas y tenían el don de entusiasmar fogosamente a los soldados. Eran piezas oratorias escritas con aparente espontaneidad pero acusaban un refinamiento digno de un erudito.

Napoleón hizo una pausa en sus actuaciones en esta guerra entre el 2 de Agosto de 1976 y Octubre de 1797 por ser víctima de una intriga que afectó a la estabilidad de su matrimonio con Joséphine. Las batallas siguientes a esta pausa acabarían siendo éxitos del ejército napoleónico.

En Arcole, Napoleón contaba con 21.000 soldados bajo su mando, mientras los austriacos contaban con 24.000 soldados al mando del general Joseph Alvinczy. La batalla se planteó en la orilla del río Alpone, afluente del Adigio. Napoleón planificó una maniobra de tenaza efectuada por  Charles Augereau y André Masséna.

Augereau fue rechazado y Massena se atascó en la ciénaga, por lo que la maniobra de tenaza no puede llegar a realizarse. Napoleón, Comandante del Ejército de Francia, carga a la cabeza de sus granaderos portando la bandera de Francia, atacando el puente. Este hecho lo plasmó el pintor Horace Vernet en su cuadro sobre esta batalla, en donde reflejaba a Napoleón enardeciendo a su tropa mientras portaba valerosamente la bandera de Francia. El puente fue bombardeado intensamente y sus oficiales le gritan para que no se arriesgue más, hasta que su ayudante Muiron le protege con su propio cuerpo de una bala. Esta bala le resultaría mortal.

BATALLA DEL PUENTE DE ARCOLI ( HORACE VERNET )

Al día siguiente, Napoleón recurre a una estratagema y ordena a todos sus tambores y trompetas que describan un círculo alrededor de la retaguardia de su enemigo haciendo todo el ruido posible. Alvinczy, creyendo que los franceses están atacando su retaguardia, deshace su sólida defensa y persigue los tambores con su ejército, lo que permite a Masséna atravesar el Adigio. Ya sólo queda atacar a la desesperada para conseguir la victoria.

Las bajas entre muertos y heridos por parte francesa ascendieron a 4.600, mientras por parte austriaca fueron 6.000. La victoria de Arcole consolidaría el poder de Napoleón en Italia, ya que le permitió controlar toda la Lombardía. Logró sacar temporalmente a las fuerzas austríacas de Lombardía con su victoria en la Batalla del puente de Arcole. Derrotó al ejército de los Estados Papales. A raíz de la protesta del Papa Pio VI por la ejecución del rey Luis XVI, Francia respondió anexionándose dos pequeños territorios papales. Sin embargo, Bonaparte desoyó las órdenes del Directorio de marchar contra Roma y destronar al Papa. No fue sino un año después que el General Berthier capturó Roma y apresó al Papa, quien posteriormente falleció por una enfermedad en su cautiverio. En 1797, Bonaparte al mando del ejército derrotó sucesivamente a cuatro generales Austriacos cuyas tropas eran superiores en número y forzó a Austria a firmar un acuerdo de paz. El resultante Tratado de Campoformio le dio a Francia el control de la mayoría del norte de Italia, así como el de los Paises Bajos y el área del Rin. Una cláusula secreta prometía otorgar Venecia a Austria. Bonaparte marchó contra Venecia, ocupándola y acabando con más de 1.000 años de independencia. Posteriormente, en 1797, Bonaparte organizó los territorios ocupados en Italia en lo que se conoció como la República Cisalpina.

Napoleón Bonaparte fue un estratega brillante. Logró absorber los conocimientos militares esenciales de su época y aplicarlos exitosamente. Como planificador en el campo de batalla fue bien conocido por su creatividad en las tácticas de movilización de la artillería. Sin embargo su éxito no se debía únicamente a su carácter innovador, sino a su profundo conocimiento e inteligente aplicación de las tácticas militares convencionales. Como oficial de artillería, desarrolló nuevas tácticas y empleó la artillería como una fuerza móvil para respaldar los ataques de la infantería, beneficiándose de la ventaja tecnológica de Francia en materia de armamento. Fue conocido como un comandante agresivo, que contaba con la lealtad de soldados altamente motivados. También fue el primero que hizo uso de sistemas de telecomunicación, la llamada «línea Chappe de semáforos», implantada en 1792. También fue un maestro en materia de espionaje y de engaño. Frecuentemente ganó batallas al conocer de antemano el movimiento de las tropas enemigas.

Durante su campaña de Italia Bonaparte se convirtió en una figura influyente en la política francesa. Publicó dos periódocos, inicialmente para sus tropas, pero que circulaban también por Francia. En mayo de 1797 fundó un tercer periódico, publicado en Paris, llamado Le ( Journal de Bonaparte et des hommes vertues ). Las elecciones de 1797 dieron a los realistas mayor poder, lo que alarmó al Directorio. Los monárquicos, por su parte, comenzaron a criticar a Bonaparte acusándole de haber saqueado Italia y de haberse excedido en su autoridad al negociar con Austria, lo cual en ambos casos era cierto. Bonaparte envió con prontitud al General Augereau a París para liderar un golpe de estado el 18 de fructidor (4 de septiembre), eliminando políticamente a los realistas. Esto devolvió nuevamente el control al Directorio, pero ahora dependiendo de Bonaparte para permanecer en su cargo. Después de finalizar sus negociaciones con Austria, Napoleón regresó a París en diciembre, siendo recibido como un héroe conquistador y la fuerza dominante en el gobierno, mucho más popular que sus directores.

CAMPAÑA DE ITALIA


La campaña de Egipto

Bonaparte conoció a una persona importante para su futuro éxito al terminar la campaña de Italia. Se trataba de Charles-Maurice de Talleyrand-Périgord. Talleyrand había sido nombrado por el Directorio ministro de negocios extranjeros el 16 de Julio de 1797 y pensó que el joven Bonaparte, al que no conocía por esa fecha, era una persona capaz de proporcionar a Francia orden y paz por ser ilustrado y ahora admirado por el país. Mediante comunicación por numerosas cartas, Talleyrand y Bonaparte empezarían pronto a conspirar contra el Directorio al que ambos detestaban por estar corrupto. ambos destruirían esas cartas en el futuro. Nada más conocerse ambos, Talleyrand ya estaba traicionando al Directorio que le había nombrado ministro. Juntos conspiraron y fracasaron en un plan para ocupar dos de los cinco consulados del Directorio. Talleyrand sirvió de guía a Bonaparte, le aconsejó y le protegió de su inexperiencia evitándole contactos comprometedores o pérfidos. Aunque tal vez eran los demás quienes debían haberse protegido de estos dos personajes. Talleyrand metió con calzador a Bonaparte en ceremonias en las que el segundo no debía ser invitado por su cargo pero el flamante general de división era un espectáculo para los asistentes.

En Marzo de 1798 Bonaparte propuso llevar a cabo una expedición para colonizar Egipto con el objetivo de proteger los intereses comerciales franceses y cortar la ruta de Gran Bretaña a la India. Napoleón defendía que la riqueza británica era ficticia, que era un coloso con pies de barro y que la pérdida de su enlace vital con la India la reduciría a polvo y ceniza. El Directorio, aunque preocupado por el alcance y el costo de la expedición, rápidamente aprobó la empresa dado que significaba sacar a Bonaparte del centro del poder.

Talleyrand discrepaba con Napoleón sobre el método para expulsar a los ingleses de Egipto. El primero no quería una apropiación militar sino una victoria diplomática sobre Inglaterra y en favor del Imperio Otomano. El segundo defendía una conquista de Egipto para Francia. ambos estaban de acuerdo en que quitarle Egipto a Inglaterra era muy importante para separar a la metrópolis inglesa de las colonias de la India.

Napoleón marchó a su expedición egipcia al frente de 38.000 hombres que formaban el Ejército de Oriente. El aspecto más inusual de dicha expedición es la inclusión de un buen número de científicos, lo cual, según algunos, reflejaba la devoción de Bonaparte a los principios e ideas del entonces periodo de Ilustración. Otros, sin embargo, lo vieron como una maniobra propagandística que sólo buscaba ocultar las intenciones imperialistas de Napoleón. Bonaparte también emitió proclamas en las cuales se presentaba como liberador del pueblo egipcio, oprimido por el yugo otomano y alabando los preceptos del Islam. Esta maniobra no fue exitosa dado que el pueblo egipcio siempre vio a los franceses como una fuerza de ocupación.

De camino a Egipto, la expedición de Bonaparte conquistó a traición Malta el 9 de junio, expulsando a la Orden Hospitalaria.

El 9 de Junio, la flota francesa que transportaba al ejército de oriente de Napoleón, recaló en la franja costera septentrional de la isla mediterránea de Malta, gobernada por Ferdinand von Hompesch zu , Gran Maestre de la Orden de Malta ( también conocida como orden del Hospital de San Juan de Jerusalén ), que tenía sus cuarteles generales en la ciudad amurallada de La Veleta.

Desde el buque insignia de la escuadra francesa, el L'Orient, Bonaparte pidió permiso a las autoridades de La Valeta para amarrar sus buques en el puerto y repostar agua. El Gran Maestre convocó un Consejo de Guerra y llamó a todos los caballeros a las armas, que acudieron rápidamente a guarnecer los muros de la capital.

Tras arduas deliberaciones, Hompesch consintió que los viajeros acercaran su flota al puerto en grupos no mayores de cuatro barcos a la vez; es cierto que unos 200 caballeros eran franceses y no deseaban luchar contra compatriotas. Napoleón embarcó en un pequeño bote y dedicó el resto de la jornada a visitar el litoral y las fortificaciones exteriores.


El 10 de junio, los infantes franceses desembarcaron en Gozo, la bahía de San Julián y Marsaxlokk; la isla fue ocupada rápidamente, excepto La Valeta. Bonaparte ofreció al Gran Maestre un armisticio de un día para rendir la capital. La fama del ejército francés y su Revolución había alcanzado la isla, y eran muchos los malteses que no desean combatir.

El 12 de junio se firmaron los acuerdos de capitulación: Malta pasaría a ser parte de la República de Francia, el Gran Maestre recibiría una compensación de 300.000 francos, aunque debería ceder los puestos de poder a los caballeros de origen francés. Las propiedades de los miembros de la Iglesia católica y la Orden serían respetadas.

Las joyas, objetos valiosos y las monedas del tesoro de la Orden y las iglesias fueron saqueadas; la plata fue fundida en barras y embarcada. Unos días después Napoleón ya tenía una fortuna que se elevaba a un cuarto de millón de libras. Posteriormente la Orden sería expropiada de sus tierras y rentas.

En Francia no sentó bien en un principio, pues no todo el gobierno estaba al tanto de que Malta fuese un objetivo. Napoleón tendría que justificar su ocupación a Talleyrand, ministro de Asuntos Exteriores francés.

Bonaparte dejó en Malta una guarnición de 4.000 soldados, aunque reclutó 600 habitantes con los que forma la Legión Maltesa, que se embarcó con el Ejército de Oriente. El 18 de junio, Napoleón abandonó la isla. Pronto el Almirantazgo británico sabría donde se encontraba la flota francesa y enviaría tras ella a la escuadras de Nelson y del almirante Jervis, que estaba en el puerto de Gibraltar dispuesta a cerrar el paso del Estrecho.

El ejército francés desembarcó en Alejandría el 1 de julio de 1798, eludiendo temporalmente a la Armada Británica. Aunque los franceses ganaron la decisiva Batalla de las Pirámides con un ejército de 25.000 hombres enfrentados a 100.000 del enemigo, toda la flota francesa, a excepción de dos naves, fue destruida por el almirante Nelson en la Batalla del Nilo. El Almirante Nelson se convertiría al cabo de los años en una auténtica pesadilla para los planes de Napoleón. Por el momento, con su ejército atrapado en Egipto, el objetivo de Bonaparte de fortalecer su presencia en el Mediterráneo se vio frustrado, si bien logró consolidar su poder en Egipto, no sin sofocar antes diversas revueltas populares. Bonaparte ordenó que en Egipto la servidumbre y el feudalismo fuesen abolidos y los derechos básicos de los ciudadanos garantizados. Bonaparte fue llamado por los egipcios Sultán Kebir. La situación propició el desarrollo de importantes estudios sobre el Antiguo Egipto entre los que se destaca el descubrimiento de la Piedra de Rosetta. Este descubrimiento supone el inicio del estudio de la historia del Egipto clásico puesto que la piedra de Rosetta supuso para los egiptólogos el primer diccionario multilingüe que incluía al perdido idioma egipcio.

A comienzos de 1799, Napoleón condujo al ejército francés sobre la provincia otomana de Siria y derrotó a las fuerzas superiores despachadas por la Sublime Puerta en diferentes batallas, pero su ejército sucumbió ante las plagas, en especial la peste bubónica y la carencia de suministros. Napoleón dejó un contingente de 13.000 soldados para apoderarse de las ciudades costeras de Jaffa, El Harish,Gaza y Haifa.

El asalto de Jaffa fue particularmente brutal. Aunque los franceses se apoderaron de la ciudad tras unas pocas horas de combate, los soldados de la República asesinaron a bayonetazos a 2.000 turcos de la guarnición que trataban de rendirse. A continuación se ensañaron durante tres días con la población civil, robando y matando a hombres, mujeres y niños. La matanza culminó cuando Bonaparte ordenó la ejecución de 3.000 prisioneros turcos.

Con su ejército debilitado, e incapaz de tomar la fortaleza de Acre, Bonaparte se vio obligado a tornar a Egipto en mayo de 1799. Con objeto de acelerar su marcha, los prisioneros fueron ejecutados y los enfermos abandonados a una muerte segura. De vuelta al país del Nilo, el 25 de Julio Bonaparte derrotó a los otomanos en su intento de desembarco en Abukir.

Con la situación en Egipto estancada y la cada vez mayor inestabilidad en Francia, Bonaparte abandonó el país en una goleta rumbo a Francia, dejando al mando al general de brigada Jean Baptiste Kléber. Mientras tanto, la invasión de Egipto ya había motivado una nueva coalición que atacó a Francia.

En este capítulo, merece un espacio de protagonismo el general de brigada Kléber. Este aceptó una división en la expedición a Egipto bajo el mando de Napoleón, pero fue herido en la cabeza en Alejandría en los primeros combates, lo cual le impidió participar en el resto de la campaña, siendo nombrado gobernador de Alejandría. En la campaña de Siria de 1799, sin embargo, mandó a la vanguardia, tomó El-Arish, Gaza y Jaffa, y obtuvo la gran victoria de la Batalla del Monte Tabor, el 16 de Abril  de 1799.

Cuando Napoleón partió de Egipto clandestinamente el 23 de Agosto  a Francia en 1799, dejó a Kléber como comandante de las fuerzas francesas en Oriente. Kléber no estaba al tanto del regreso clandestino de Napoleón, lo que le enfureció mucho al enterarse. Al ser nombrado el 10 de noviembre catedrático del Instituto de Egipto, puso en marcha dos iniciativas importantes. La primera fue reunir todos los trabajos de los sabios y artistas que acompañaban al ejército francés en Egipto, con el objeto de crear una publicación colectiva, la cual se convertirá en la Description de l'Égypte. La segunda fue la creación de una comisión de estudio sobre el Egipto moderno. Viendo que no había esperanzas de hacer regresar al ejército a Francia o de consolidar sus conquistas, negoció el convenio de El-Arish, el 24 de Enero de1800 con el almirante Smith, obteniendo el derecho de una evacuación honorable para el ejército francés. Cuando el almirante George Keith Elphinstone, vizconde de Keith, rehusó ratificar los términos del acuerdo, Kléber atacó a los turcos en Heliopolis, a pesar de que únicamente tenía 10.000 hombres contra los 60.000 soldados turcos, y los derrotó el 20de Marzo de 1800. Volvió aEl Cairo, que se había rebelado contra los franceses. En el momento de las negociaciones con los otomanos e ingleses, Kléber ignoraba que Bonaparte había tomado el poder en Paris y había sido nombrado Primer cónsul.

Poco después de estas victorias, un estudiante sirio, fanático religioso, asesinó a Kléber en los jardines de su residencia en El Cairo el 14 de Junio de 1800, el mismo día en el que su viejo amigo y camarada Desaix caía muerto en la Batalla de Marengo. Las ceremonias fúnebres fueron organizadas por Nicolas-Jacques contéy el ingeniero en jefe Jacques-Marie Le Pére, y tuvieron lugar el 17 de Junio delante del Instituto de Egipto. El secretario perpetuo del Instituto, Jean-Baptiste Joseph Fourier, amigo y colaborador del General Kléber, pronunció el elogio fúnebre. Poco tiempo después los franceses capitularon en Egipto y Kléber fue exhumado de su tumba en El Cairo para repatriar su ataúd junto con 13.500 soldados y egipcios que habían colaborado en la expedición. El cirujano en jefe del ejército de Oriente, Dominique-Jean Larrey, conservó el cadáver del asesino del general, que se transportó a Francia con fines científicos.

CAMPAÑA DE EGIPTO

Regreso de Egipto y golpe de estado

Durante su estancia en Egipto, Bonaparte siguió los asuntos europeos, obteniendo información principalmente de los periódicos y despachos que le llegaban irregularmente. El 23 de Agosto de 1799 decide sorpresivamente embarcarse hacia Francia, aprovechando una relajación temporal del bloqueo a los puertos franceses por parte de la flota británica.
Aunque posteriormente fue acusado por sus oponentes políticos de abandonar a sus tropas, su partida había sido debidamente autorizada por el Directorio, que había sufrido una serie de derrotas militares contra las fuerzas de la Segunda Coalición, formada por la alianza de Gran Bretaña con Austria, Rusia, Nápoles y Portugal, temiendo una inminente invasión.

Cuando llegó a Paris en el mes de octubre, la situación militar había mejorado tras varias victorias sobre el enemigo. La República, sin embargo, estaba en bancarrota y el Directorio, corrupto e ineficiente, estaba en su nivel más bajo de popularidad.

Uno de los Directores, Sieyes, pidió a Bonaparte su respaldo para ejecutar un golpe de estado contra la Constitución existente. La trama involucraba también al hermano de Bonaparte, Lucien, quien se desempeñaba como cabeza del Consejo de los Quinientos, a otro Director, Roger Ducosy a Talleyrand. El9 de Noviembre  ( 18 de Brumario ) y en el día siguiente, tropas dirigidas por Napoleón tomaron control y dispersaron a los consejos legislativos, quedando Bonaparte, Sieyes y Ducos como cónsules provisionales que regirían al gobierno. Si bien Sieyes pretendía dominar el nuevo régimen, Bonaparte se le adelantó redactando la Constitución del año VIII, asegurando su elección como Primer Cónsul. Esto le convirtió en la persona más poderosa de Francia, poder que se incrementaría en la Constitución del año X, cuando logró nombrarse Primer Cónsul vitalicio.

Los científicos que participaron en la expedición de Egipto, eran partidarios del golpe de estado que erigió a Napoleón como cónsul y recibieron distinciones por el nuevo régimen.

Del consulado a la coronación del emperador

En 1800 Bonaparte regresó a Italia, la cual había sido reconquistada por Austria durante su ausencia en Egipto. Cruzó con sus tropas los Alpes en primavera. Este viaje daría inspiración a varias obras de arte, entre ellas, la más realista es el cuadro de Paul Delaroche que se observa en la Ilustración 7. Al principio la campaña no fue muy bien, pero más adelante propinó una rotunda derrota a los austríacos, la cual llevó a la firma de un armisticio. El hermano de Napoleón, José, principal negociador del armisticio, reportó que debido a la alianza entre Austria y Gran Bretaña, Austria no podía reconocer ningún territorio conquistado por Francia. Las negociaciones se volvieron más y más erráticas hasta que Bonaparte ordenó al General Moreau atacar a Austria nuevamente. Moreau llevó al ejército francés a la victoria de Hohenlinden y finalmente el armisticio fue firmado en Lunéville  en febrero de 1801, bajo el cual se reafirmaba a Francia su dominio sobre los territorios ocupados en el Tratado de Campoformio. Los británicos también firmaron un acuerdo de paz mediante el Tratado de Amiens en marzo de 1802, bajo el cual Malta paso a ser territorio francés.

El Concordato de 1801 con el Papa Pio VII, puso fin al enfrentamiento con la Iglesia Católica originado por el inicio de la Revolución.

La paz entre Francia y Gran Bretaña era muy precaria. Las monarquías legítimas de Europa estaban renuentes a reconocer a la república, temiendo que la idea de la revolución fuera exportada a sus países. En Gran Bretaña, el hermano de Luis XVI fue recibido con honores de huésped de estado a pesar de que los británicos ya habían reconocido a la república francesa. Por otra parte, Gran Bretaña no había desocupado ni Malta ni Egipto, como había prometido y protestó contra la anexión de Piamonte y el Acto de Mediación de Suiza, si bien ninguna de estas áreas estaba contemplada en el Tratado de Amiens.

En 1803, el ejército de Bonaparte fue derrotado en Santo Domingo, combinándose la fiebre amarilla con la tenaz resistencia de Toussaint Louverture. Ante el escenario de indefensión de las posesiones francesas en Norteamérica, Napoleón decide la venta de Luisiana , un territorio de aproximadamente 2 millones de Km que, habiendo pertenecido por cesión de Francia a la España borbónica en 1765, era ahora recabado por Francia en decisión unilateral. Estados Unidos buscaba, por su parte, la manera de controlar la navegación sobre el río Mississipi. La Compra de Luisiana fue uno de los eventos más significativos que tuvieron lugar durante el gobierno napoleónico, aun cuando en su momento pasó relativamente inadvertido.

En el año X ( 1802 ), otra constitución dictada por Napoleón otorgó carácter vitalicio a su consulado y sirvió como preámbulo para su posterior autoproclamación como monarca del Primer Imperio Francés.

Con la esperanza de consolidar su puesto, Fouché le sugirió a Bonaparte que la mejor forma de apaciguar conspiraciones sería transformar el consulado vitalicio en un imperio hereditario, el cual, dado que tendría un heredero, quitaría toda esperanza de cambiar el régimen por asesinato. Bonaparte acoge la sugerencia y el 28 de Mayo de 1804 se proclama emperador.

La heterogénea oposición a su gobierno fue desmantelada mediante drásticas represiones a derecha e izquierda, a raíz de fallidos atentados contra su persona; el ejemplo más amedrentador fue el secuestro y ejecución de un príncipe emparentado con los Borbones depuestos, el Duque de Enghien, el 21 de marzo de 1804. El corolario de este proceso fue el ofrecimiento que le hizo el Senado al día siguiente de la corona imperial. Apoyado por buena parte de la aristocracia, la ceremonia de coronación se llevó a cabo el 2 de diciembre en la catedral Notre Dame de Paris, con la asistencia del papa Pio VII, aunque Napoleón se ciñó la corona a sí mismo y después la impuso a Josefina; el pontífice se limitó a pedir que celebrase un matrimonio religioso, en un sencillo acto que se ocultó celosamente al público. Napoleón se coronó a sí mismo, lo cual dio origen a la creencia popular de que ese acto fue una demostración de negación a la autoridad pontificia, lo cual no es cierto, pues la ceremonia estaba acordada con el Papa en forma anticipada. Una nueva Constitución el mismo año afirmó aún más su autoridad omnímoda.

Napoleón reorganizó la administración del estado, reorganizó el sistema judicial, tipificó la legislación civil francesa con el Código Napoleónico y con otros seis códigos que garantizaban los derechos y libertades conquistados durante el período revolucionario, así como la igualdad ante la ley y la libertad de culto. También sometió las escuelas a un control centralizado.

El famoso y temperamental compositor alemán Ludwing Van Beethoven estaba entre las personalidades de aquel tiempo que admiraban a Napoleón por lo que simbolizaba políticamente: los ideales democráticos y republicanos de la Revolución Francesa. Al parecer por una sugerencia del embajador francés en Viena, Jean-Baptiste Bernadotte, comenzó a componer su Tercera sinfonía, que titularía Eroica ('Heroica', en italiano). Sin embargo, con la coronación de Napoleón, Beethoven se enfadó y le retiró la dedicatoria colocando como subtítulo: «Sinfonia eroica, composta per festeggiare il sovvenire d'un grand'uomo» («Sinfonía heroica, compuesta para festejar el recuerdo de un gran hombre»).

Las reformas que emprendió Napoleón en política interior fueron profundas pero se conocen poco fuera de Francia hoy en día. Esto se debe a que el personaje militar ha eclipsado al personaje político e intelectual en los libros de historia.

Bonaparte instituyó diversas e importantes reformas, incluyendo la centralización de la administración de los Departamentos, la educación superior, un nuevo código tributario, un banco central, nuevas leyes y un sistema de carreteras y cloacas. En 1801 negoció con la Santa Sede un Concordato, buscando la reconciliación entre el pueblo católico y su régimen. Durante el año 1804 se dictó el Code Civil des Francais, también conocido como Código Napoleónico, que consiste en la redacción de un cuerpo único que unificara las leyes civíles francesas. El Código fue preparado por comités de expertos legales bajo la supervisión deJean Jacques Régis de Cambaceres , quien se desempeñó como Segundo Cónsul desde 1799 a 1804; Bonaparte, sin embargo, participaba activamente en las sesiones del Consejo de Estado, donde se revisaban las propuestas de leyes. Este código influyó de manera trascendental en el mundo jurídico, siendo la piedra angular del proceso de codificación. Otras normas dictadas durante la regencia de Napoleón fueron el Código Penal de 1810 y el Código de Comercio de 1807. En 1808 fue promulgado el Código de Instrucción Criminal, estableciendo reglas y procedimientos judiciales precisos en esta materia. Si bien los estándares modernos consideran que dichos procedimientos favorecían a la parte acusadora, cuando fueron promulgados era intención de los legisladores resguardar las libertades personales y remediar los abusos que normalmente ocurrían en los tribunales europeos. Si bien es cierto que Bonaparte era un regente autoritario, no es menos cierto que la mayoría de Europa estaba gobernada por monarquías absolutas. Bonaparte trató de restaurar la ley y el orden después de los excesos causados por la Revolución, al mismo tiempo que reformaba la administración del Estado.

La cripta circular del Hôtel National des Invalides, que hoy alberga la tumba de Napoleón muestra numerosas inscripciones que hablan de la obra política y científica de Napoleón.

Las siguientes campañas de guerra formarían parte de la era imperial y aunque mucho más extensas, su resultado final no parece más exitoso que el de las descritas hasta el momento. Aunque Napoleón ya había conocido la audacia de los ingleses de Nelson en el mar, no había conocido hasta el momento de su coronación la guerra de guerrillas en España ni el invierno ruso. Pero eso es otra historia.


Escrito por Roberto Báscones Vega


Referencias

[1]               https://es.wikipedia.org/wiki/Napole%C3%B3n_Bonaparte
[2]               https://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_del_puente_de_Arcole
[9]               http://es.wikipedia.org/wiki/Toma_de_Malta_(1798)
[10]            Enciclopedia universal ilustrada europeo americana. Espasa-Calpe. 1930.
[1]               Napoleón y Talleyrand. Emile Dard. Biografías Gandesa. México. 1958.
[2]               Napoleón Bonaparte. Geoffrey Ellis. Biblioteca ABC. 2004.





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